Los repelentes se aplican sobre la piel y/o ropas con el objeto de ahuyentar los insectos y así evitar las picaduras. Son efectivos a corta distancia. El repelente ideal debe ser de larga duración, actuar sobre un amplio espectro de insectos, seguro, no tóxico, no irritante, de muy baja absorción a través de la piel No matan a los mosquitos, solo los alejan.
DEET (N,N Dietil-meta-Toluamida): Es un químico de síntesis artificial. Se usa desde hace más de 50 años. Fue diseñado por el ejército de EEUU para proteger a sus soldados en las junglas. Es el “gold standard” de los repelentes. Es decir que cuando aparece un nuevo repelente en el mercado su acción y efectividad debe compararse con el DEET. Es eficaz contra mosquitos y además contra otros artrópodos como pulgas, garrapatas, jejenes y tábanos. Si se lo utiliza correctamente y los efectos adversos son infrecuentes. Usado en forma abusiva se han reportado casos de insomnio.
ACEITE DE CITRONELLA: Se obtiene por destilación de la planta del mismo nombre. Muy común en la provincia de Misiones. Tiene menor duración que el DEET y además no es de amplio espectro pero es poco tóxico y de olor agradable.
IR3535 (Derivado de Beta alanina): Es un repelente sintético. Menos efectivo que el DEET pero de mayor duración.
CÓMO USARLOS?
- Aplicarlos sobre la piel expuesta y la ropa.
- No usarlos en la cara y evitar el contacto con las mucosas.
- No aplicar bajo la ropa o en pieles con quemaduras, dermatitis, ni lastimadas.
- La aplicación frecuente es innecesaria y aplicar gran cantidad no lo hace más efectivo.
- ¡Cuidado! No sirven contra avispas, abejas o arañas.
Fuente; http://farmascopio.com
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